Mallorca. El encanto de la Serra de Tramuntana.
Acomodar el alma en Mallorca, resulta de lo más placentero y enriquecedor, realmente sencillo después de unas merecidas vacaciones, y sobretodo, si nada más poner los pies en Palma, esta (el alma) con la ayuda del olfato y de un radar innato, dan con una de las mejores pastelerías de la isla. Un éxtasis de esos que requiere poner la razón de por medido, con rapidez, para sentir que la primera elección gastronómica, en suelo Mallorquín, es la de una bienvenida en toda regla.
Sin dar rodeos urbanitas, y con el chip puesto en modo "estado natural": contacto con la naturaleza, playas lo más salvajes posible (que no quiere decir llena de salvajes), senderismo, cielos estrellados, placeres Mallorquines,... llegamos a La Serra de Tramuntana. Sóller, Deià, Valldemossa, etc.
Después de días de playa y de descubrir los rincones con más encanto de la sierra, toca acicalarse, perfumarse con AROMALABORATORY®, reunirse (cada uno viene desde un punto cardinal de la Isla), y disfrutar de la tarde, en el más espectacular de los hoteles de la sierra, el Belmond. La Residencia.
Las noches, mágicas, en La Serra de Tramuntana sólo puede vivirse. No hay imagen ni palabras que puedan expresarlas.
..Y más calas, más protector solar, más lectura, más visitas a casas de escritores, poetas, artistas,... Más senderos con tapias para los burros, olivos, chicharras,... Perderse y encontrarse. Encontrarse y volverse a perder...
Subirse al tranvía y comer healthy en Re Organic. Descubir el puerto de Sóller de día y de noche provistos de nuestro repelente de mosquitos ecológico.
Y más delicias de la huerta en Fornalutx... La huerta mallorquina debería ser, como el paisaje cultural de la Serra de Tramuntana, patrimonio de la Humanidad.
¡Qué maravilla la Serra de Tramuntana!
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